jueves, 20 de agosto de 2009

Verano en Gaza





Estaba sentado a la orilla del Mediterráneo viendo el vaivén de las olas que me mojan los pies y me refrescan en este caluroso mes de agosto, y pienso lo injusto que es todo, yo tan bien y otros tan mal. Siempre me consideré ciudadano del mundo porque el lugar geográfico de nacimiento es un accidente y pienso como estaría en este momento si hubiera nacido en Palestina, si estuviera en Gaza.
No estaría tranquilamente sentado a la orilla de este maravilloso mar, sicológicamente estaría destrozado, pensando que los israelitas pueden volver en cualquier momento, de hecho volverán porque siempre vuelven con sus tanques, con sus aviones escupiendo muerte y disparando a todo lo que se mueve sin considerar que disparan a mujeres, niños, hombres acorralados.
Estaría preocupado por tener provisiones, agua, combustible para el generador, preocupado por lo poco que quedó de mi cosecha pisoteada por los tanques que sin compasión pasaron por encima de mis olivos, estaría preocupado por mis hijos a los que miro con lágrimas en los ojos pensando que no tienen futuro y a los que debo proteger, si murieran en un ataque preferiría morir yo también, no soportaría ver sus cadáveres.
No, no estaría sentado a la orilla del mar, estaría sentado mirando las casas destruidas en ruinas y a lo lejos las vallas de protección desde las cuales nos disparan al aire advirtiéndonos que no estamos solos y que volverán, porque seguro que vuelven, siempre lo hacen. Estaría pensando y pensando para mantener activa la mente y no volverme loco, para vencer el miedo.
Me levante y me fui ya no estaba disfrutando de las olas del mar, del paisaje brillante y azul del Mediterráneo. Espero que algún día el pueblo palestino deje de sufrir porque yo como ciudadano del mundo sufro con ellos; que triste debe ser Agosto en Gaza.
Josep- post-